Hace una semana publicábamos un resumen sobre lo acontecido durante la primera semana del Mundial Rusia 2018. No fue una nota aleatoria. La idea era mostrar, que mientras estamos mirando el televisor, escuchando la radio y posteando en la redes sociales sobre cómo debería formar la selección, si Armani tiene que ser el arquero titular, si Sampaoli debe renunciar o cómo festejó los goles Maradona, el país sigue en movimiento. Un movimiento signado por las palabras crisis y reducción. Y reducir, achicar, disminuir, tiene un sólo significado por estos días: DESPEDIR. Por crisis lamentablemente entendemos y de sobra.
Mientras sufríamos por la clasificación a los octavos de final frente a Nigeria, trabajadores de la Agencia Nacional de Noticias Télam recibían telegramas de despido. Fueron un total de 354 personas que se quedaron sin empleo al grito de gol por las personas que los rodeaban.
Hernán Lombardi, al frente del Sistema Federal de Medios declaró que lo realizan para «hacer de Télam una agencia de noticias confiable y respetada en la Argentina, haciéndola más austera y eficiente con los recursos del Estado». Habla también de una sobredimensión de la planta de trabajadores, diciendo que eran propagandísticos de quienes gobernaron antes de Cambiemos. También desde la propia «Empresa» se mostraron optimistas por el rumbo que están tomando, desde hace dos años y medio, pero sobre todo ante esta decisión. Y lo hicieron enviando el siguiente mensaje a quienes todavía conservan su puesto de trabajo:
Sos parte de la nueva Agencia Télam
Confiamos en vos para la construcción de una agencia profesional, pluralista, democrática y federal, con capacidad para producir contenidos informativos confiables que nos permita abastecer a la industria periodística basada en el desarrollo de las nuevas tecnologías.
Por eso esperamos que sigas sumando tu aporte para llevar a Télam a instalarse no sólo en el mercado nacional sino también en el internacional.
El directorio de Télam.
El día de ayer la Agencia no brindó su servicio por un paro general de actividades, con toma pacífica de sus sedes. La respuesta fue la más previsible, silencio. Como ocurrió en tantas otras oportunidades ante el reclamo de los trabajadores despedidos, en los que en casualmente muchos casos se los ligó ideológicamente con el kirchnerismo, sin importar la cantidad de años que llevaban como empleados. Ya que se puede comprobar que más de uno de esos 354 estaban cercanos a la jubilación, con más de diez, quince, veinte y hasta veinticinco años de actividad periodística en ese lugar.
Algún lector podría considerar esta nota como una visión dramática y sobredimensionada de lo que ocurre en el país. Esta semana le tocó a Télam. La semana que viene la celeste y blanca jugará contra Francia y de pasar disputará los cuartos de final. Espero no tener la necesidad de escribir nuevamente sobre lo que ocurre en el país mientras rueda la pelota lejos de casa y que las noticias sean sobre nuevos empleos y no sobre despidos.