Cada vez que hay un accidentes con víctimas fatales empezamos a pensar si alguien habrá tomado alcohol de los que conducían, y las estadísticas por lo general nos dan la razón.
Hace tiempo se discute cómo resolver, o por lo menos, amainar este problema. Primero se creyó que subiendo las multas y poniéndoles un valor muy por encima del que tenían la cosa iba a funcionar y los conductores controlarían el alcohol que consumieran a la hora de manejar. Obviamente esto no dió el resultado esperado, por lo que se intentó con algunas estrategias mediáticas: como el programa conductor designado: donde uno del grupo que sale no tomaba alcohol, comprometiéndose a ser quién maneje esa noche.
Parecía que era una buena idea y si a eso se sumaban operativos de control, los ciudadanos tal vez tomarían conciencia de lo importante que que es no beber si vas a manejar, no solo para ellos mismos, sino para terceros, pero tampoco funcionó.
Y entonces apareció la idea del alcohol 0, una propuesta que ya esta instalada en algunas provincias y que mejora las estadísticas de accidentes de tránsitos. El Concejal Bertotto, propuso una ordenanza de alcoholemia cero tomando como referencia las provincias en las que fue sancionada y dió resultado positivo. Lo que pretendía el concejal es que dicha norma funcionara de una norma gradual que pueda ir acompañada de una fuerte campaña de difusión.
Luego de debatirse en el Concejo Deliberante de la ciudad de Ushuaia, los ediles votaron por unanimidad la ordenanza que establecía que quedaba prohibido manejar con algún grado de alcohol en la sangre. Esta norma fue vetada por el ejecutivo, dado que entendían que el instrumento de medición no era exacto y la medida era meramente recaudatoria.
Otra vez, los concejales decidieron insistirla. La medida entró en vigencia, siendo sancionada bajo la ordenanza número 5200, promulgada el día 14 de diciembre de 2016. La misma establece los siguientes términos:
ARTICULO 1°.- INCURRIRÁN en atentado contra la seguridad pública, las personas que conduzcan vehículos en estado de alcoholemia positiva, bajo la acción de estupefacientes, psicotrópicos, estimulantes u otras sustancias análogas.
ARTICULO 2°.- FACULTAR al Departamento Ejecutivo Municipal para que, por el área pertinente, efectúe el control de alcoholismo o toxicológicos a conductores de vehículos automotores, motocicletas, ciclomotores, triciclos o cuatriciclos motorizados, mediante prueba o test de exhalación u otros recursos, toda vez que lo considere oportuno o necesario.
ARTICULO 3°.- No podrá circular por la vía pública, el conductor de cualquier tipo de vehículos con tasa de alcoholemia superior a cero (0) grados
Hay lugares, como Córdoba, que tienen hasta tres topes de alcohol permitidos. Los especialistas aseguran que es un mal mensaje para los conductores. Reclaman que se unifique.
Seis provincias ya se diferencian de la legislación nacional -donde el límite es 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre-, optando por la tolerancia cero. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), son Córdoba (parcialmente) , Salta, Tucumán, La Rioja, Neuquén y Entre Ríos. En Córdoba la situación es bastante más confusa: al cruzar un puente o pasar un semáforo varía la marca: de 0,5 a 0,4 o incluso a cero. La autonomía normativa en esta materia llega a ser municipal y eso incrementa la heterogeneidad en los límites permitidos.
Las preguntas que sobrevienen en estas tema son las que yo me hago:
¿En Tierra del Fuego podremos tener una misma ordenanza de tolerancia cero en las tres ciudades, y así poder ejercer un mejor control?
¿Qué pasa si el control se hace sobre la ruta Nacional, donde esta permitido hasta 0,5 de alcohol en sangre?
La triste conclusión es que no nos podemos poner de acuerdo ni en los temas donde deberíamos pensar todos de la misma manera ya que son nuestras propias vidas las que están en juego.
Es insuficiente falta tipificar las sustancias que alteran los reflejos y deberían estar prohibidas tanto o más que el alcohol por lo demás estoy totalmente de acuerdo si bebe o se droga no manejar ningún vehículo