Periodista de Tierra del Fuego.

No es un secreto que la hoy alianza entre FORJA y el Partido Justicialista es para muchos, un fin para un medio: hacerse con las dos bancas en disputa en noviembre. Este “matrimonio por conveniencia” no sólo cuenta con dos rivales políticos desde hace años en el gobernador Gustavo Melella y el intendente capitalino y presidente del PJ Walter Vuoto, sino con un importante sector que previo a la alianza, empezaba el camino de transición de oposición a oficialismo provincial. Si bien una parte del peronismo históricos siempre mantuvo cierta disconformidad con el enfoque de Vuoto, no fue hasta entrado este año que comenzaron la ruptura, todo con una foto en la presentación de la obra de pavimentación de la bajada al Fagnano. Ahora, ese quiebre se profundiza y llegará al recinto legislativo provincial.

Federico Bilota y Ricardo Furlan, legisladores provinciales por el Frente de Todos son dos de los cuatro representantes que posee el peronismo “puro” en la Cámara. Los cuenta con amplia experiencia, Bilota estando en su segundo mandato y Furlan que transita su tercero, siendo de los más veteranos en la historia del recinto. Ambos, desplazados a la hora de la nueva construcción del PJ con el cambio de autoridades, comenzaron a vislumbrar un bloque por fuera del partido. Primero, pensaron en Nuevo País, liderado por el ex-vicegobernador Juan Carlos Arcando, pero esto terminó truncándose ante la unión de la agrupación política al del Frente de Todos. Desde el sector de los legisladores, confirman que la idea es “generar un espacio nuevo” algo que podría concretarse tan pronto como la semana próxima. La pregunta es ¿cómo altera esto la balanza de poder en la Legislatura?.

Primero, tomando esta escisión del peronismo como un hecho, sería prudente plantear un mapa de la conformación de la Cámara. FORJA, el partido a cargo de la gobernación, cuenta con cuatro representantes (Federico Greve, Mónica Acosta, Emanuel Trentino y Pablo Rivarola) y sus aliados de gestión el Movimiento Popular Fueguino con otros dos escaños en Pablo Villegas y Damián “Loli” Löffler. A esto, podríamos sumarle ahora la presencia de Furlan y Bilota bajo el Partido Justicialista Provincial, más acercados al espacio de Mellella. De buenas a primeras, estamos hablando de 8 votos de los 15, algo que facilitaría claramente el trámite y debate de los proyectos de ley oficialistas en demasía. Dentro de la oposición, nos encontraríamos con dos sectores: la Unión Cívica Radical, con Liliana Martínez Allende y Federico Sciurano y el sector del Frente de Todos que responde directamente al intendente Walter Vuoto. Allí, aparecen Myriam Martínez y Andrea Freites dentro del Frente de Todos y el Partido Verde, fuerza de peso significativo dentro del Frente, con la presencia de María Laura y Jorge Colazo así como Victoria Vuoto.

Si hablamos de números, ahora Melella contaría con mayoría propia en el recinto legislativo con 8 escaños, estando a solo dos votos de los dos tercios de la mayoría absoluta. Este tipo de apoyo da mucho más margen en lo que refiere a la presentación de leyes y gobernabilidad para la gestión provincial, evitando en muchos casos demoras y concesiones que quizás no estén en los planes. El cambio de dos bancas de un sector político al otro hace una gran diferencia en una cámara tan pequeña como la nuestra, alterando la balanza de poder establecido. Aún si la disconformidad de la oposición fuese total e involucrase a la UCR, Frente de Todos y Partido Verde, seguirían quedando por detrás con 7 votos hipotéticos por la negativa. A ello, deberemos sumar el aliciente que una parte opositora, la UCR, no será un voto “cantado” por lo que su postura cambiará de proyecto a proyecto. Quizás ahora, pensando en las elecciones y lo inmediato el golpe no parece tan fuerte para el PJ, pero adelantándonos y poniendo la mirada en el presupuesto 2022, más de uno extrañará no contar con esas bancas.

La ida de Bilota y Furlan parece ser una “crónica de una muerte anunciada” en lo que refiere a la alianza del PJ moderno encolumnado en La Cámpora y los históricos. La falta de espacios y presencia a la hora del armado, terminaron por debilitar la unión de estas tan distintas generaciones del peronismo a la hora de pensar la política y la forma de gestión. Si bien no todo está perdido, la ruptura no es de todo el sector y siempre hay chances de reconciliación, uno no deja de preguntarse en el aspecto cuantificable del beneficio que obtendrá el sector liderado por Gustavo Melella en lo electoral, ya no pensando en noviembre, sino en 2023. La ventaja en el tablero legislativo es clara, pero los los beneficios que acarreará, permanecen una incógnita.

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