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Esta hermosa ciudad, una de las más grandes de Alemania, precedida por Berlín, Hamburgo y Munich, es la más poblada de su Estado Federado. Forma parte de la macro-región metropolitana del Rin-Ruhr. La ubicación privilegiada en el rio Rin, en mitad de las principales rutas comerciales entre este y oeste, logró históricamente un gran prestigio e importancia en el país por ser ciudad libre imperial, así como también el poder eclesiástico a través del arzobispado en el sacro Imperio Romano. Su importancia como centro neurálgico de las comunicaciones sigue hoy en día con gran cantidad de viajeros en tren que salen cada día de la Estación Central (Haupbahnhof) y de la estación Eifeltor que es una de los mayores patios de carga ferroviarios para el transporte de mercaderías. Sin dejar de lado el hermoso aeropuerto de Colonia/Bonn donde también tiene muchísimo flujo de pasajeros.

Si hablamos un poco de su historia, fue fundada en el año 38 a.c. como Ciudad de los Ubios, posteriormente declarada colonia romana. Al tener una localización muy estratégica para el comercio en el centro de Europa, fue conquistada por muchas culturas, incluidos los vikingos quienes saquearon la ciudad en el año 862. Pasó el Imperio Romano, el Bizantino, dando como resultado la construcción de muchísimas iglesias por toda la región. En plena Edad Media, Colonia alcanzaba 40000 habitantes convirtiéndose en una de las ciudades mas importantes con Constantinopla, Jerusalém y Roma. En la Edad Moderna, ya estaba constituida como parte de Alemania, se proclama la libertad de credo dándole lugar a los protestantes. Con el pasar de los siglos estuvo bajo el dominio francés y prusiano. Fue en el siglo XIX donde el casco histórico sufrió una destrucción casi total del 90% durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial.

Luego de esta breve introducción, les cuento que llegué al destino a través del río Rin, mientras me acercaba a la ciudad no podía creer todo el paisaje que se iba constituyendo a medida que el barco se acercaba al puente Hohenzollern, algo increíble, el mismo se destaca a lo lejos sumado a la altísima catedral que corona Colonia, era el momento perfecto para disfrutar entre amigos.

Como primera medida, reservé el free walking tour que ofrecen las grandes Ciudades Europeas, aquellos de los famosos paraguas colorados. La duración fue de 3 horas aproximadamente caminando por todo el sector del casco histórico. Lo curioso de todo lo que nos fue contando la guía fue el explicarnos que durante la segunda guerra mundial se había destruido en la totalidad el centro histórico incluida varias partes de la catedral, con el pasar de los años se restituyó con las increíbles construcciones y con la restauración de dicha catedral. Uno no podía imaginarse donde caminabas habían sido ruinas en tiempos pasados.

Vistas de la Catedral desde fuera

Cuando hablamos de Colonia, es inevitable no pensar en su Catedral, es la postal característica de la ciudad. No hay adjetivo que pueda utilizar o expresar que defina el momento que te detenes a mirarla por completo, como un conjunto. Es alta, es detalle, es infinidad, es majestuosa, es un monumento mágico y único. Tardaron mas de 600 años en construirla siendo el edificio más alto del mundo hasta 1884, cuando se construyó el Monumento a Washington en la Capital de Estados Unidos. Tras haber recibido el impacto de mas de 70 bombas ha permanecido casi intacta, esta es una de las curiosidades mas sonadas, pero esconde muchas otras. Estilo netamente gótico, el acceso es totalmente gratuito, aunque tenes la opción de subir a su mirador por 6 euros para tener una de las mejores vistas de la ciudad desde sus 157 metros de altura. Anexo a este edificio encontramos el Museo de Ludwig, aloja arte del siglo XX, incluidas casi 900 obras maestras de Picasso, imperdible.

Catedral de Colonia

Si te gusta el chocolate no podes dejar de ir al Museo, Shokoladenmuseum, a orillas del rio, es el paraíso, completamente diferente y único en el mundo. No solo el olfato disfruta de la visita, sino que podes probar de todo, incluyendo una barrita creada por vos mismo. Si sos amable los mismos trabajadores tienen un chocolate bajo la manga y te lo dan en demostración de simpatía, pero el gran momento es cuando ves una enorme fuente de chocolate caliente. El ingreso no es muy económico pero vale la pena para hacer algo diferente, tiene un costo de 12, euros.

El centro comercial, no tiene nada que envidiarle a ninguna capital europea, tiene peatonales llena de comercios de marcas internacionales, obviamente, me perdí algunas horas haciendo shopping.

Otro lugar emblemático de la ciudad es el histórico puente Hohenzollern, alrededor de 1.200 trenes cruzan al día las aguas del río Rin a través de esta enorme construcción. Lo bueno es que también permite el paso de peatones y ofrece unas estupendas vistas de la ciudad. Como ocurre en otros lugares, en los últimos años se puso de moda entre las parejas dejar colgado un candado de colores, lo que ha hecho aumentar el peso del puente nada más y nada menos que a dos toneladas.

Museo Ludwig

Me pasó algo curioso, luego de haber ido a Berlín, donde es la cuna del arte callejero, en el sentido de ver murales por todos lados, aquí, en Colonia, afiné la vista y pude apreciar lo mismo, es bueno contemplar este Street art que se encuentra en toda la ciudad. Desde grandes murales en fachadas a pequeños detalles en puertas y postes de luz. No hay limites en sus artistas.

Este destino lo tiene todo, una hermosa visual de día y de noche. Un rio que la recorrer en su totalidad, una historia que nos enseñó mucho, arquitectura milenaria y su gente abierta al turismo dándonos lo mejor ,esperando por nuestro regreso en un futuro no lejano. Gracias Köln me encantó conocerte.

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