Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

David Herbert Lawrence nació en Nottingham en 1885, podríamos decir que fue producto de un matrimonio “mixto”, un minero analfabeto y alcohólico y una maestra amante de la lectura que llevaba con mano de hierro la educación de su hogar. Esa conformación familiar y la posesión de su madre lo llevó a producir obras de la magnitud de “Hijos y amantes” (1913). La relación maníaca que mantenía con ella, también hizo que la acompañara hasta el mismo final. En el afán de aquietar su dolor le suministró una sobredosis de somníferos para que finalmente descansara en paz.

“Hijos y amantes” se cree que fue el relato de la propia historia de Lawrence con múltiples agregados y jugosos matices. Sin lugar a dudas es presentada como su obra maestra por los estudiosos de su literatura. La familia de la novela se apellidaba Morel y la madre de esta es absolutamente infeliz en su matrimonio. Su esposo es minero (al igual que lo era el padre de Lawrence) y tiene una relación violenta con ella. Gertrude Coppard de Morel es enérgica e inteligente, concibió cuatro hijos y se dedica con amor abnegado a ellos. Su hijo mayor, William, es el preferido, su segundo hijo es Paul (este es el hijo no deseado ya que ella considera que ha nacido en el peor momento de su matrimonio, aunque los buenos fueron pocos). Así los hijos crecen y la relación con Paul cambiará definitivamente.

William vive a la sombra de Gertrude, la posesión e influencia sobre él lo llevará a sentirse inseguro con cada decisión que tome. Sin embargo decide igualmente abandonar el hogar para trabajar en Londres. Eso también cambiará su vida y su destino. Un compromiso rechazado por su madre hará que sus relaciones amorosas le traigan mas confusiones.

Cuando William deja libre el corazón de su progenitora y lo ocupa solo la pena, Paul recupera terreno. Aunque parece que las historias individuales se volverán a repetir una y otra vez, llegando a ser radiales. La búsqueda de independencia de Paul, la apertura para entablar una relación amorosa hace que su madre revise nuevamente esa relación pasional que la acerca a cada uno de sus hijos, llegando a representarlos como amantes sin alcanzar la categoría de relación incestuosa. Ella acapara con suspicacia e inteligencia el amor, el tiempo, las palabras, los gestos.

Tal vez con este relato (la cual fue su tercera novela) Lawrence solo trató de desmontar sus propias historias de demonios ocultos. Pero se sabe que no se publicó todo lo que esta historia contenía (su editor Edward Garnett suprimió mas de ochenta partes, sin embargo Lawrence le dedicó el libro), no obstante varios pasajes de la novela dejan claro que siempre sintió desde niño que su madre había logrado malgastar su vida al lado de un don nadie como su padre. Lawrence escribió su obra maestra cuando la enfermedad de su madre ya estaba muy avanzada. Se permitió resumir este texto en una carta que envió a Garnett, su asesor literario, el 12 de noviembre de 1912:”… Sigue esta idea: una mujer de carácter y refinamiento desciende a la clase baja, y no obtiene satisfacción en su propia vida. Ha sentido pasión por su esposo, de manera que sus hijos nacen de la pasión, y tiene montones de vitalidad. Pero cuando sus hijos crecen ella los toma como amantes- primero al mayor, y luego al segundo. Estos hijos se ven “forzados” a la vida por su amor recíproco de madre- forzados más y más…”

Nada que agregar, solo calidad literaria combinada con un buen condimento que nunca falla: la provocación.

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