Periodista de Tierra del Fuego.

En San Martín 450 hay pocas sonrisas. El no inicio del ciclo lectivo tiene preocupados a los altos funcionarios gubernamentales y, la falta de acuerdo con el SUTEF, empieza a generar malestar en la gente. Además, los intendentes Pérez y Vuoto, la oposición al gobierno provincial, vienen siendo tapa de diario por los acuerdos salariales con sus respectivos gremios. Parece que el refrán es cierto: cuando llueve diluvia, y en el melellismo, pocos tienen paraguas.

En medio de esta oleada de noticias negativas para el gobernador y su equipo, apareció en algunos medios, que casualmente son identificados como “oficialistas”, una noticia un tanto particular. En una entrevista, Gustavo Melella planteaba la posibilidad de una reforma constitucional, a fin de limitar la cantidad de períodos que un cargo electivo puede realizar. “No podemos tener cargos hoy que sean vitalicios, en el mundo hoy no existe y todos los cargos se tienen que renovar. Los legisladores tendrían que tener dos períodos, el Tribunal de Cuentas, el Fiscal de Estado, lo mismo para todos los cargos. Estamos en democracia, no hay que tenerle miedo a la reforma: las leyes y la constitución no son eternas”, fueron las palabras del funcionario.

Hasta acá todo bien, es un planteo lógico y debatible. Parece que las declaraciones de Melella, aunque no hace referencia al Poder Judicial en sí, tienen una cierta sintonía con el Gobierno Nacional, con esto estaría siguiendo el mantra de “renovación y democratización de los espacios políticos” que predican desde la Rosada. Por otro lado, las declaraciones caen en un momento de manifestaciones y represión en Formosa, provincia a la que podríamos declarar como feudo con la presencia de Gildo Insfrán a cargo por 25 años. Desde Nación acusan a la oposición de fogonear el reclamo y no parecen querer hacerse cargo de la situación, mucho menos hablar de consecuencias reales. A mi entender, las declaraciones poca relación guardaban con las externalidades de la provincia y, es simplemente una pantalla o “bomba de humo” para cambiar el foco de la discusión.

Si analizamos la posible reforma de períodos, desde FORJA se encontrarán con tres problemas difíciles de solucionar. Primero, pedir una limitación de los mandatos tiene un impacto directo en uno de los hombres fuertes de la alianza “Vamos a vivir Mejor” que el partido realizó con el Movimiento Popular Fueguino. Si se limitan los mandatos, Damián “Loli” Löffler no podría volver a presentarse, al igual que el legislador del Frente de Todos, Ricardo Furlan. En el caso del primero, podríamos hablar de un quiebre en la fuerza política, lo que dejaría a FORJA en una situación muy delicada para las elecciones de medio término y con una derrota casi asegurada en 2023. En el caso de Furlan, casi que generaría una muy bajo apoyo de la Constitucional Constituyente por parte del peronismo tradicional.

El segundo punto a analizar, que deriva de los mencionado arriba, es el nivel de poder. Hoy el partido que ostenta la gobernación tiene una delicada alianza y sigue siendo minoría en la Legislatura. Además, de la Legislatura, el peronismo tiene presencia en las tres municipalidades y mayoría en los concejos: si hoy se votase para elegir a los constituyentes el gobernador no tendría una mayoría clara, por lo que una reforma constitucional podría hacer que “el tiro salga por la culata”.

El tercer punto es un poco más directo: la plata. Hoy la provincia se encuentra en una difícil situación financiera y económica. Un llamado a este tipo de elecciones representaría un costo bastante elevado para el Estado, más si tenemos en cuenta que se está considerando quitar las PASO por la misma razón, sumado a la posibilidad de contagios que derivarían de establecer comicios. Irónicamente, el gobernador se mostró a favor de postergar dichas elecciones. Si el gobernador pidió extender la emergencia para hacerse de recursos ¿Sería lógico que pida un gasto extraordinario como una reforma constitucional?.

Por eso, desde mi parte, llego a la siguiente conclusión: es una declaración vacía para generar “ruido” y sacar el foco del no acuerdo con el gremio docente. Mientras Melella ve a los intendentes ganarse el favor de sus trabajadores estatales con aumentos salariales, él se encuentra sin clases, algo que siempre genera frustración en la sociedad, y tiene una vara bastante alta de lo que se pretende en porcentajes. Con buena parte de los medios sosteniendo dichas noticias en el ciclo, seguramente desde el despacho gubernamental algún asesor propuso presentar una polémica para distraer. No obstante que sería interesante plantear modificaciones a la Constitución Provincial, fue aprobada en 1991 y en casi 30 años varias cosas han cambiado, no creo que sea oportuno el momento. Parece que desde el Gobierno Provincial hay un problema, que se ha demostrado a lo largo de su joven mandato, de tener las prioridades cruzadas; casi denotando una desconexión con la realidad.

Melella, además de hablar de las reelecciones de cargos, disparó algo de munición en el tema salarial, planteando que debería ser el tope del escalafón estatal. Si bien considero que tiene un punto válido, usa de ejemplo a los empleados del Tribunal de Cuentas. Si hacemos memoria, el gobernador cuando se dio un jugoso aumento salarial hace no tanto, equiparó la escala salarial del Escalafón de Profesional Universitario al del Tribunal de cuentas, para luego utilizarlo en la fórmula que determina su dieta. Ahora, con la nueva fórmula, cada vez que los salarios de estos empleados incrementen, el suyo hará lo mismo. Aunque dicho aumento para él y su gabinete se encuentra suspendido, no derogado, cobrarán con los intereses correspondientes cuando la situación lo permita.

Si vamos al caso, parece que la gestión provincial actual está enfocada, pero en las temáticas equivocadas. Lanzan por los medios un tema de tanto peso como una reforma Constitucional para ver la respuesta de la sociedad y, a su vez, tapar el sol con la mano. Hoy, en medio de una crisis sanitaria y económica, aún sin el inicio de las clases en los colegios públicos, parece que aún no han comprendido en su totalidad las responsabilidades y obligaciones que los ciudadanos les demandamos. No “queremos” que armen agenda política, sino que solucionen las problemáticas a las cuales nos enfrentamos. La agenda llegará sola, una vez que las medidas acertadas se lleven adelante.

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