Periodista de Tierra del Fuego.

El paso del presidente de la Nación por Río Grande, parte de su programa anunciado en campaña de Capitales Alternas, dejó mucha tela para cortar desde lo político y productivo, con medidas que tendrán impacto más inmediato en algunos casos y otras que se desarrollarán a lo largo de toda la gestión.

Acompañado de una multitud de ministros nacionales y la presencia casi total de los funcionarios públicos fueguinos, los distintos ministros fueron realizando firmas de convenios, anuncios de planes y comunicaciones con otras provincias, bien al estilo de las cadenas nacionales de impronta peronista. Con la presencia de Santiago Cafiero, Wado de Pedro, Matías Kulfas, Mario Meoni, Gabriel Katopodis, Elizabeth Gómez Alcorta, Jorge Ferraresi, Darío Martínez y José Lepere, los anuncios pasaron por las incumbencias de todas las cartas: Obras Públicas, Producción, Interior, Hábitat, Mujer y Género, así como el ANSES.

No obstante los numerosos anuncios y convenios que brindarán a la provincia miles de millones de pesos en subsidios, inversiones y proyectos a realizarse, la gran olvidada del evento fue la Ley 19.640, de la cual se esperaba algún tipo de anuncio por parte del presidente de la Nación. En su mención de la Ley, Alberto hizo referencia a que le gustaría un país donde la misma “no se necesitase”. Aunque no es motivo de alarma, será interesante ver cuáles son los planes de la gestión para dicho beneficio impositivo.

Entre los anuncios más destacados quedaron el aporte no reembolsable de $255 millones para el crecimiento y sostenibilidad fiscal de la provincia, que incurriría en ingresos, gastos, inversión pública e implementación de proyectos de inversión. Así también la ampliación del muelle comercial del Puerto de Ushuaia, una inversión de más de $200 millones de pesos y una adición de 2.240 m2 de área logística. Otro punto importante fueron los anuncios de las terminales de ómnibus para Ushuaia y Río Grande, que contarán con perspectiva de género para la accesibilidad a los servicios y un enfoque sustentable para mitigar el cambio climático. Las viviendas fueron quizá el punto central de los anuncios. Allí Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, anunció un plan nacional de viviendas que brindará 200.000 soluciones habitacionales, con 25.000 a construirse en los próximos tres años en la provincia. Esto se sumará a los planes de Suelo Urbano en los tres municipios y las adjudicaciones y licitaciones de ProCreAr en Ushuaia y Río Grande. Lo más destacado del plan nacional anunciado es que la construcción, tipo de vivienda y materiales quedará a cargo de cada provincia, lo que podría derivar en una integración de materiales como la lenga en su construcción, revitalizando un sector de fuerte pisada en el Municipio de Tolhuin.

También, se hizo mención a las nuevas oficinas de ANSES proyectadas en la Margen Sur, un centro territorial para el desarrollo de políticas de género y diversidad en la provincia con una inversión de $80 millones y las nuevas oficinas que la empresa de software Globant planea instalar en Río Grande, con posibilidades de expansión a Ushuaia. Estas no sólo generarán 120 puestos de trabajo en 2 años, sino que buscarán brindar 400 becas para la capacitación a los fueguinos.

Sacando los anuncios, que fueron muchos y comprendieron a varias carteras del Estado Nacional, lo interesante es el análisis político de los anuncios y lo que se ve pero no se dice. Aunque la relación entre gobernador y presidente parece fluída, se notó el cisma Kirchernismo/Albertismo en los discursos de los ministros más que nada, haciendo referencias de forma constante al trabajo de los intendentes Martín Pérez y Walter Vuoto, hombres de pisada fuerte en la agrupación La Cámpora. Aunque Gustavo Melella ocupó un lugar privilegiado por ser el primer gobernador parte de las Capitales Alternas, queda claro que su pasado radical le valió pagar algo de “derecho de piso”, evento que quedó remarcado en un pequeño chiste que el presidente le hizo “vos sos peronista, pero todavía no lo sabés”.

Otro punto interesante para el análisis es porque la primer provincia fue Tierra del Fuego. Aunque se podría alucir una cuestión geográfica, lo cierto es que la provincia es un bastión peronista. Con presencia en las tres intendencias, mayoría en los concejos deliberantes y un gobierno del radicalismo K, como se lo conoció a FORJA durante la gestión de Cristina Kirchner, Tierra del Fuego parece terreno fértil para fortalecer a un presidente que, aunque no acuse recibo, salió muy golpeado de la cuarentena estricta que se sostuvo en buena parte de 2020.

Ahora, con un discurso renovado y más enérgico que en actos previos, Alberto dejó de hablar de volver a la normalidad, para hacer pie en las injusticias sistémicas de Argentina, así como sus fallos institucionales estructurales, para plantear una retórica refundacional del país, arrasado, pareciese por el tono del discurso, más por la gestión de Mauricio Macri que por la pandemia del COVID-19. En esta reconstrucción de la Argentina que plantea, habla de un federalismo, que se encuentra sustentado en las medidas anunciadas. En esa misma línea habló de una revitalización económica federal, donde cada provincia debe potenciar sus ventajas competitivas, siendo el caso de nuestra provincia el turismo, la industria, la pesca y la madera, en un guiño hacia la Intendencia de Tolhuin.

En el cierre de su discurso Alberto Fernández prometió una visita a “la linda ciudad de Ushuaia”, algo que le fue imposible en esta ocasión por temas de agenda. En esa misma línea, su anuncio “fuerte” fue que visitará la histórica vigilia que se realiza en la provincia todas las vísperas del 2 de abril, en recuerdo y homenaje a los Héroes de Malvinas, que coincide con el cumpleaños del mandatario. Ya en el cierre, las esperanzas de un anuncio sustancial sobre el estado de la extensión de la Ley 19.640 fueron frustadas. Será interesante ver si desde la política fueguina hay una recriminación por parte de la oposición, sea al presidente en sí, o al gabinete provincial por no ejercer más presión sobre el tema. Allí el diputado nacional, Pablo Blanco utilizó las redes sociales para hablar de “desilución para los fueguinos”. Aunque el presidente hable de desarrollo y potenciar las economías regionales, sin la 19.640 las capacidades industriales tendrían un gran retroceso y podría en peligro las fuentes laborales, una de las más importantes a nivel región; sin siquiera hablar del impacto directo a los precios de todos los bienes y servicios al instalar los impuestos nacionales. Lo más factible es que la discusión esté en la mesa de los gabientes nacionales y provinciales, pero todavía no haya un acuerdo consensuado, o el trajín de la agenda política esté enfocado en otras realidades.

Con anuncios que rondan los $5.000 millones de pesos aproximadamente, habrá que ver si esta catarata de proyectos y medidas que impactan directamente a la provincia reactiva el funcionamiento político en la isla, que este año se percibió seriamente limitado tanto en temas a tratar como nivel de debate; donde saliendo del tema del Superior Tribunal de Justicia y las internas del Partido Justicialista, no vimos discusión o trabajo articulado propuesto desde el Ejecutivo Provincial o la Legislatura a la hora de pensar la reactivación económica en términos de mediano y largo plazo. La Nación está haciendo el esfuerzo fiscal, falta ahora un poco de voluntad política y toma de decisiones en Tierra del Fuego para ver si esta reconstrucción de la Argentina que plantea Alberto Fernández se vuelve una realidad o un proyecto trunco.

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