Periodista de Tierra del Fuego.

Hace unos meses que el tema político en boga es el Superior Tribunal de Justicia y los dos asientos disponibles. Hablamos de disputas partidarias, de acuerdos en el recinto Legislativo y de nombres, que a decir verdad, parecían número fijo. En la primera, y quizá no la última sorpresa que nos brinda el Consejo de la Magistratura, sólo uno de los candidatos alcanzó la cantidad de votos necesaria: Ernesto “Nené” Löffler. Todo indicaría que “el acuerdo” entre el Ejecutivo y la oposición, para cubrir una banca cada uno, se rompió en algún momento previo a la votación de los postulantes, dejando a Miguel Longhitano afuera.

Leímos periodistas, actores políticos y otros tantos en redes sociales hablar del acuerdo y como ya “estaba todo arreglado”. Al parecer, a todos se les hizo esquivo el desenlace, al menos por ahora. Longhitano es el postulante más cercano a la oposición y parecía un contrapeso al favorito del oficialismo: “Nené” Löffler. Como ya mencionamos, a pesar de ser el hermano del legislador “Loly” Löffler, Ernesto cuenta con una vasta trayectoria y currículum que lo avalan. No obstante, el “apuro” por resolver la situación del oficialismo sin cumplimentar todos los pasos dictados por el protocolo, llevó al Fiscal de Estado, Virgilio Martínez de Sucre, a no decantarse por ningún postulante. En el caso de Longhitano, faltaron los votos clave del Jefe de Gabinete, Agustín Tita, así como de los representantes Suárez y Castro.

Mientras la votación se llevaba a cabo, ya algunas voces desde los pasillos del Superior hablaban de un ofrecimiento al abogado representante de Río Grande por parte del Ejecutivo para evitar que se decante a favor del candidato cercano al peronismo. Aunque todavía no ha surgido ninguna designación a cargo, quedará la duda de si hubo algún acuerdo paralelo al preexistente.

El accionar del Ejecutivo Provincial seguramente derivará en un enfretamiento directo entre las fuerzas políticas. La ruptura del acuerdo genera un quiebre en la Legislatura, dejando dos bandos bien marcados. Pensemos que quedan tres años de gestión, donde seguramente desde San Martín 450 requerirán el voto positivo en algún paquete de leyes, más considerando el contexto de crisis económica que atraviesa la provincia. Queda claro que ahora los legisladores no estarán tan abiertos a la negociación, viendo que del lado de Melella, faltan referentes con “palabra”.

Ahora bien, ¿qué va a pasar?. Primero, debemos tener en cuenta que en los próximos días, los consejeros seleccionados por los abogados de Ushuaia y Río Grande cambiarán. Ahora, desde Río Grande, la representación vendrá del lado del Dr. José Rodas, allegado al gobierno provincial actual y de cercanía directa a la cúpula del Movimiento Popular Fueguino. En el caso de Ushuaia, la Dra. María Gabriela San Martín, cuenta con una aproximación al intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, principal rival político del actual gobernador.

Otro problema que surge es: ¿Cuándo juraría el Dr. Löffler? Teniendo en cuenta la reglamentación del Superior Tribunal de Justicia, no puede presentarse un número impar de jueces, por lo que deberá esperar hasta la selección del vocal restante, si es que se sigue la lógica de lo escrito, para hacerse con el cargo.

Tierra del Fuego siempre nos presenta escenarios un tanto extraños, aún para los estándares de la política argentina. Un acuerdo que parecía sólido, con referentes de todos los partidos involucrados y dos candidatos como “número puesto”, terminó desbarrancándose y dejando más dudas que certezas. Si a eso le sumamos la desprolijidad en el proceso de selección y las variadas críticas que surgieron de sectores alternativos en la Justicia, así como la polémica por la ley de paridad de género, contamos un con cóctel explosivo, que podría repercutir a lo largo de todo el mandato de ejercicio de los ejecutivos. Con las elecciones asomándose el año próximo, parece que la “guerra” de los partidos ya arrancó con todo.

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