Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Fernando Vallejos cuenta en “La Virgen de los sicarios” como Alexis lleva ya varias vidas en su haber. Solo tiene diecisiete años y ser un sobreviviente es su mayor logro.

Fernando, jefe de los sicarios, bastante mayor que él; no solo será su protector y compañero, también ha logrado robar su corazón.

Esta novela del escritor colombiano Fernando Vallejos fue publicada en 1994. Despliega una literatura sujeta al personaje y las acciones de un sicario.

Así sitúa a Fernando como protagonista contenido dentro del territorio de lo siniestro y violento que actúa exhibiendo deliberadamente sus actos de muerte.

Vallejos muestra como un ejército paralelo decide y participa de eventos al margen de la ley, en una Medellín de los años noventa entregada a una guerra interna y profunda del “todos contra todos”.

Fernando es el narrador y quien se enamora de Alexis. Este no posee reparos a la hora de matar. Pero alguien también lo sacará del juego a él. Así Fernando pierde a Alexis y continúa su historia de crímenes y amor junto a Wilmar. Este pronto logrará mostrar que no es lo que parece. En su carrera de venganza y muerte también se ha cruzado Alexis.

Mas allá de la trama de esta novela, también surge la historia detrás de la historia. Aparece entonces una exaltación de la violencia para situarnos en las consideraciones del autor de carácter netamente político y social.

La imagen de los jóvenes a la deriva, habitando barrios populares, con una clara desintegración familiar, donde esa madre sola, sobrepasada y quizás ausente por momentos y por las obligaciones que cada día la tenían como única protagonista, se encomienda a la divinidad. Esa, la cual cree, que casi mágicamente tomará el control de las acciones de los otros para llevarlos de su mano compasiva, exclusivamente por buenos caminos. Esos mismos caminos que cruzan la vida y la muerte de los habitantes pobres y olvidados de Medellín, quienes indiferentes e impasibles ven como cada uno de ellos se transforma en un número a la hora de las estadísticas y las balas.

“Balas iban y venían, parabrisas explotaban y caían transeúntes como bolos en la barahúnda endemoniada.

“¡Al suelo! ¡Al suelo!” gritaban. ¿Al suelo quién? ¿Yo? ¡Jamás! Mi dignidad me lo impide. Y seguí por entre las balas que me zumbaban en los oídos como cuchillas de afeitar. Y yo pensando en el viejo verso ¿de quién? Oh muerte ven callada en la saeta”. Pasé ileso, sano y salvo, y seguí sin mirar atrás porque la curiosidad es vicio de granujas”. Así hablaba Fernando en “La Virgen de los sicarios”. Aquí donde presenta su vuelta desde el exterior a Colombia y su barrio de la infancia.

La literatura de Vallejos es controversial, pero es uno de los autores de Colombia mas leídos después de Gabriel García Márquez y Laura Restrepo. Puede ser discutido, pero su novela busca contener, modelar y explicar la realidad de la década de los noventa en la ciudad de Medellín.

Esta novela es una de las mas populares de este autor y fue llevada al cine.

La realidad y la ficción singularizan su obra. La verdad y sus múltiples matices han ocupado un papel sempiterno en la literatura de este escritor colombiano. Su mejor acto tal vez sea “simular eficientemente la verdad”.

“La humanidad necesita para vivir mitos y mentiras. Si uno ve la verdad escueta se pega un tiro” (Fernando Vallejos “La Virgen de los sicarios”).

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