Periodista de Tierra del Fuego.

A una semana de diciembre, comienza a vislumbrarse cómo se llevará a cabo la temporada de verano este año en Argentina. En un año de actividad turística prácticamente nula, para empresarios, trabajadores y trabajadoras independientes y PyMEs del sector, esta podría ser la bocanada de aire tan necesitada para comenzar un camino de recuperación del sector. En la misma línea que Nación, la provincia optará por un sistema de libre circulación, que sólo requerirá al viajero un seguro de cobertura Covid-19 y alojarse en un establecimiento habilitado.

Buenos Aires, Córdoba, Río Negro, Mendoza, Salta, Jujuy, Neuquén y Entre Ríos, se sumarán al mismo sistema que Tierra del Fuego, buscando transitar una temporada anómala con el mayor beneficio posible. No obstante de este sistema de libre circulación, aparecen algunas medidas de prevención, considerando el aumento en circulación de personas en dichos destinos. En el caso de Ushuaia ya está confirmada la instalación de un módulo sanitario, como asistencia a la infraestructura hospitalaria. Se estima también que habrá nuevas modalidades del plan DetectAr, que ya se realiza en toda la provincia.

Desde el incentivo más económico, el programa de preventa turística PreViaje, ya generó unos $1.850 millones extra, considerando que brinda acceso a reintegros del 50% a las compras turísticas que se realicen hasta el 15 de diciembre, pudiendo gastarse hasta fin del año 2021. Esta proyección de “gasto extra” que aporta el gobierno nacional, podría tener un impacto más fuerte a lo largo de la temporada invernal, dado que el reintegro no es automático y requiere de un período de tramitación. Hoy Ushuaia aparece como el destino número 11 en las búsquedas de booking.com. En una temporada donde los viajes al exterior parecen limitados no sólo por la crisis económica y disparada del dólar, sino por la ola de rebrotes en Europa y la grave crisis de EEUU; veremos un crecimiento en demanda nacional en destinos más codiciados por los turistas extranjeros.

Si bien hemos mencionado los aspectos positivos de los planes y la alta expectativa que hay desde el sector turístico y el propio estado; hay que hacer un par de aclaraciones. Considerando que el porcentaje principal de visitantes suele concentrarse en Ciudad de Buenos Aires y la Provincia, el rol de Ezeiza y su control sanitario será clave para una temporada exitosa. Recordemos que Aeroparque está en reparaciones de pista y recién reabrirá en febrero, por lo que todas las operaciones de vuelos comerciales están funcionando desde el aeropuerto internacional ubicado al sudoeste de la Capital. Ezeiza a su vez, distribuirá vuelos a lo largo y ancho del país, además de recibir vuelos internacionales que ya comenzaron a funcionar. El rol de detección y mantenimiento de distancias e higiene será fundamental para evitar rebrotes ni bien iniciada la temporada, un factor que podría disuadir a muchos potenciales turistas.

Hoy mismo fue noticia Ezeiza por la causa que mencionamos: 24 personas que trabajan en el aeropuerto presentaron síntomas y deberán permanecer aislados en sus domicilios. Según revela el artículo del Iberoamérica Central de Noticias, con representación nacional a través de Minuto De Cierre, los empleados de Aeropuertos 2000 presentan quejas sobre la limpieza y la poca ventilación en áreas cerradas. La única medida implementada sería un ckeck-in al aire libre, para evitar la aglomeración de los turistas. El problema no son los pasajeros, sino el personal de Aduana. Son los que están en contacto con turistas de todos los destinos y entre ellos, por lo que una falta de buenos protocolos que les afecten, puede derivar en contagios extendidos. Si bien el medio destaca la falta de una queja formal, se presentó una preocupación general entre los empleados. Con la Terminal C cerrada y los pasajeros concentrados en la Terminal A, uno podría intuir que se están realizando obras en las terminales cerradas y luego se moverían operaciones, pero no es algo que las autoridades del aeropuerto hayan mencionado. Luego de 7 meses de inactividad de los vuelos y una de las concesiones más millonarias, se esperaría una adaptación más elaborada que señalización y alcohol en gel.

La temporada será compleja y seguramente presentará desafíos tanto para el privado como la administración pública: sería iluso pensar que no habrá viajeros que se diagnostiquen como positivos en las ciudades de destino, pero las medidas anunciadas deberían ayudar, junto a otras propias de los municipios y las provincias, a mitigar la cantidad. Si bien la ocupación todavía es un enigma, dado que el protocolo de Turismo publicado por el Gobierno Nacional no presenta ningún dato real, estimaríamos que la capacidad instalada de alojamiento se verá fuertemente mermada. Esto hará a la temporada más que una forma salvar el año, una forma de subsistir, junto a los ATP, hasta la temporada invernal, ya con la vacuna como un factor en juego.

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