Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

El mito de las Amazonas cuenta que ellas constituían un pueblo conformado exclusivamente por mujeres. Eran las mas poderosas de la antigüedad. Esas valientes guerreras se muestran aún hoy en obras de arte, vasijas y cajas ornamentadas que aparecen en los museos del mundo. Sus figuras florecen como luchadoras provistas de armaduras, arcos y flechas. Descendían de Ares, el dios griego de la guerra.

Los estudiosos no han logrado ponerse de acuerdo en el origen del nombre amazonas, aunque llagan a la conclusión que podría significar “sin pecho”. Esto nace de la creencia griega que las Amazonas cortaban el pecho derecho de las niñas a fin que lograran dominar con mayor precisión el arte del tiro con arco. Otros se vuelcan a la teoría que derivaría de la palabra griega masa y que significaría “sin pan” o “sin grano”, ya que por ser excelsas cazadoras su dieta se basaba en la carne y no en el fermento de la masa.

Pareciera que las Amazonas no fueron exclusivamente griegas, también aparecían en los cuentos populares eslavos (territorio de Europa del Este). Se cree que estas guerreras vivían en lugares cercanos al río Moldava (actual República Checa) y residían en un castillo. Su ejército femenino estaba liderado por Sarká (era la capitana de las doncellas, que según cuenta la leyenda, obligaban a los hombres a respetar a la princesa Libuse como única señora del reino).

En ambos casos, griegas y eslavas, conformaban una sociedad de hijas de la guerra que estaba compuesta exclusivamente por mujeres (los hombres no estaban permitidos, solamente vivían un periodo determinado con fines reproductivos). Sin temor combatían contra los ejércitos vecinos y pocas veces dejaban sobrevivientes, sin embargo una vez al año algunos hombres eran hechos prisioneros y luego de lograr el propósito reproductivo eran asesinados, ya que desconocían al matrimonio como institución social. Los nacidos, si eran varones quedaban librados a su suerte o en el mejor de los casos se los dejaba en alguna aldea cercana, pero si por el contrario eran niñas pronto comenzarían su entrenamiento como guerreras y sucesoras de su madre.

La referencia mas antigua que se conoce en la literatura aparece en la “Ilíada” de Homero (Siglo VIII a C.) este las define con el término “antiáneira”, las “hembras vivientes” y describe ampliamente su valor y belleza en la lucha, fuerza que desarrollaron junto a los troyanos durante el sitio de la Guerra de Troya.

Virgilio las menciona en el poema épico romano “La Eneida” (Siglo I a C.) y dice: “La Amazonas se contaban allí por miles con sus escudos de media luna y su reina Pentesilea en medio de su ejército, inflamado en llamas por su pasión por la guerra. Allí mostrando su pecho desnudo adornado con una cinta de oro, estaba la doncella guerrera, osando enfrentarse a los hombres en la batalla”.

La luna, desde los tiempos mas remotos, era la representación de la belleza y la feminidad.

Se cree que el origen de este mito nace con el fin de dar explicación a la presencia de las mujeres dentro del campo de batalla. La sociedad patriarcal griega veía como antinaturales estas practicas, aunque en un principio las sociedades organizadas mas tempranamente se regían por fuertes y poderosos matriarcados (por ejemplo: herencia de familia, riqueza, bienes, protección, etc.).

Las Amazonas simbolizaron no solo peligros desconocidos a los que debían enfrentarse los ejércitos griegos, sino que eran además figuras despiadadas que perseguían a los hombres y lo que era peor aún les arrebataban el poder. Ello fue castigado. Así la valiente Artemisa, la cazadora, y sus guerreras desaparecían.

¿Mito o realidad? En el siglo XIII, Marco Polo mencionó en su libro de viajes por Asia, la existencia de una isla habitada exclusivamente por mujeres, aunque es verdad que no las nombro como Amazonas.

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