Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Henry James es considerado hoy uno de los mejores novelistas del idioma inglés de su tiempo. Nació en Nueva York en 1843 y en 1862 la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard le abriría sus puertas. Comenzó a escribir analizando las novelas de Sir Walter Scott, para publicar luego su primera novela en 1871.

Quizás su obra mas conocida sea “Otra vuelta de tuerca”, publicada en 1898 (de la cual seguramente en otra oportunidad haremos referencia), pero hoy recordaremos las historias de algunos cuentos que muestran fantasmas maléficos, sin rostro, pero con una presencia próxima a lo sobrenatural.

“Sir Dominick Ferrand” fue publicado en 1893. En este relato un aspirante a escritor es perseguido por su editor para que cumpla con su trabajo. Pero un día despreocupadamente decide ir de compras y entrar en una casa de venta de antigüedades. Un escritorio llama su atención y finalmente lo compra. Por accidente descubre un cajón oculto que guarda secretamente cartas de un funcionario del gobierno británico. Aparecerá en su casa de inquilinato una joven mujer que pronto se sentirá sospechosamente inquieta con el paquete de cartas encontradas, al punto de pedirle que las destruya. Inoportunamente llegará el misterio a sus vidas.

“El altar de los muertos” fue publicado en 1895 y cuenta la historia de un verdadero thriller psicológico. George Stranson construye un santuario donde buscará honrar a los difuntos en una iglesia londinense. Así encenderá velas para cada uno de ellos, pero una será la mas especial, pertenecerá a su prometida quien fallece meses antes de la concreción de su boda.

George busca desesperadamente no perder a sus seres queridos, el altar será su forma de recordarlos. Ese símbolo será el antídoto contra el olvido de la risa, el olor y la voz de sus afectos; aunque la tragedia también se dejará ver.

“Maud- Evelyn” fue publicado en 1900. Allí Marmaduke ha dejado su país, una mujer lo ha rechazado y por ello se dirige a Suiza donde se relaciona con una familia que ha sufrido la peor de las perdidas, su hija ha muerto. El joven es adoptado por ellos. Lady Emma es la encargada de relatar la historia.

Un cuento que refleja cómo se separa Marmaduke de Lavinia (una institutriz que era su prometida). El joven es ahora el invitado al juego del reemplazo que se forja a la sombra de la muerte. Una historia de fantasmas, pero sin ellos.

James observaba el mundo, escribía con la apreciación mas subjetiva que se podía tener, la interpretaba creando un mundo fantástico.

Chesterton, el creador del Padre Brown (personaje literario entrañable que descifraba los enigmas policiales y desentrañaba crímenes, su arma era una sombrilla y su compañero inseparable era Essex, otro sacerdote, despistado y algo regordete) escribió que:” James debe ser considerado un gran literato, y la grandeza es algo que poseyeron genios del todo diferentes a él. Tal vez el propósito de compararlo con Dickens o incluso con Shakespeare parezca desconcertante y aun chistoso; pero lo que lo vuelve grande a él es lo mismo que lo vuelve grande a ellos, y además es lo único que puede volver grande en sentido concluyente a un literato. Se trata de su inventiva, su facultad de generar y hacer vívida una incesante producción de ocurrencias”.

Como alguna vez dijo Jorge Luis Borges: “Los lectores de James se ven obligados a una continua y lúcida suspicacia que a veces constituye su deleite y otras su desesperación”.

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