Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

Esas frases hechas que todos conocemos o hemos utilizado alguna vez, persiguiendo con afán el objetivo de hacernos entender rápidamente, solo nos llevan a un significado que en realidad no es literal. Así salen de nuestra boca, sin más vueltas. 

Si decimos a calzón quitado o a la vejez viruela o a ojo de buen cubero, todos sabemos a que se refiere cada frase. Todas ellas no solo tienen un uso, sino también poseen un origen, que por lo general nos remiten a su contexto histórico.

Ser un “maestro ciruela”, recuerda a Pedro Ciruelo, que en verdad existió allá por el siglo XVI. Estudió en Salamanca y París, dominó disciplinas como la teología y las matemáticas, además publicó una amplia variedad de libros sobre Anatomía, Astrología, Música y otros textos mas populares como lo eran los que hablaban de las supersticiones y la hechicería.

Otras hacen referencia a zonas geográficas de las mas variadas. Si deseamos decir que alguien es distraído, está en otra cosa o no está prestando atención decimos que “está en Babia” (así se llama la comarca ubicada en la provincia de León en España) o “que está en la luna de Valencia”.

Babia se encuentra cercana al límite con Asturias, era el lugar de descanso de los reyes de León, allí cazaban y recibían a otros miembros de la realeza, así pasaban sus días despreocupadamente.

 “Estar en la luna de Valencia” se cree que hace alusión a las antigua murallas de la ciudad española, cuyas puertas cerraban a la caída del sol. Aquellos que llegaban tarde no podían pasar al interior, por lo cual dormían a la luz de la luna, fuera de la ciudad y sus casas.

“Poner en un brete” es situar a alguien en posición comprometida, ponerlo en un apuro. El brete nos remite al español antiguo y refiere a un instrumento de madera que era utilizado para infligir tormentos. Allí se colocaba a los reos, de modo tal que según se utilizara en sus manos o sus pies, estos quedaban inmovilizados. Ya en el siglo XVI también se llamó así al calabozo o cárcel. Sin embargo para los estudiosos del medioevo, esta frase nos lleva a la imagen de una trampa para cazar animales. Ambos orígenes aluden a detener, maniatar o sancionar.

“Pasar la noche en blanco” o “pasar la noche en vela”. Estas frases nos acercan hasta la época de la caballería medieval, donde se le exigía al candidato a ordenarse caballero, pasar la noche anterior a este honorable acto, vestido con una túnica blanca, símbolo de pureza, velando las armas y rezando a Dios.

“Esto es una jauja” o “¿estamos aquí, o en jauja?”. El termino jauja nos transporta hasta la ciudad del mismo nombre, la cual fue fundada por Francisco Pizarro en el siglo XVI. Fue la primera capital del Virreinato de Perú, era un lugar paradisíaco, con tierras fértiles y grandes yacimientos de minerales, según relatan las crónicas de la época. Era, además, un lugar de acopio de los pueblos Incas, por lo cual los conquistadores encontraron allí gran cantidad de alimentos. Si vamos a Jauja o estamos en Jauja seguramente la pasaremos de lo mejor, habrá prosperidad, abundancia y fiesta.

La lengua castellana en verdad es un manantial del que han brotado numerosas expresiones populares empleadas por la sociedad. La mayoría de las veces esas palabras tienen poco que ver con los términos que las moldean. Tienen una forma fija, estática, un sentido figurado y un uso general, pero todos sabemos a que se refieren cuando las escuchamos o las utilizamos. Ellas contribuyen a la comunicación. Así intercambiamos ideas, opiniones, información y emociones. Allí radica su éxito: conversar, interpretar y escuchar.

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