Director del Observatorio de Políticas para la Economía Nacional (OPEN). Fueguino

Durante los últimos días el Indec difundió cifras vinculadas al rendimiento de la industria para el mes de junio y la evolución del comercio exterior para dicho mes, presentando alguna recuperación luego del sismo inicial de la pandemia, aunque todavía los números siguen preocupando.

Luego de 4 meses consecutivos de caída en la utilización de la capacidad instalada, junio se perfiló con una leve suba que, de alguna manera, se ve como un alivio en un contexto que viene azotando de lleno a nuestra economía. El valor para dicho mes es de 53,3%, el cual es bajísimo y muestra, en definitiva, que estamos produciendo la mitad de lo que podríamos en el país. Mas allá de esto, desde febrero (59,4%) hasta mayo (46,4%), producto de la pandemia, nuestro despliegue productivo no paró de caer, y este repunte que señalo, augura algún tipo de recuperación. 

Los sectores que lideraron esta pequeña remontada son los productos del tabaco (97,1%), papel y cartón (68,1%), refinación del petróleo (67,3%). En cambio, los mas rezagados son metalmecánica no automotriz (43,1%), productos textiles (37,8%) y la industria automotriz (23,0%). Esto es preocupante dado que los 3 últimos rubros mencionados son intensivos en mano de obra, es decir, generan muchos puestos de trabajo. Un rendimiento deprimido de los mismos, genera condiciones mas adversas para la recuperación del empleo. Más allá de esto, respecto a mayo de este año existe una mejoría notable incluso en estos sectores con rendimientos mas magros. Esto se debe a que fueron los principales perjudicados por la pandemia y comienzan de pisos más bajos a la hora de hablar de recuperación.

Por otro lado, un dato que reafirma esta tendencia de mejora es el aumento en el consumo energético de los grandes usuarios en nuestro país, lo cual confirma lo señalado por el Indec. La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) difundió los datos de la progresión de la utilización de la energía desde que comenzó la pandemia, mostrando claros signos de recuperación hacia junio.

En el gráfico, a medida que el color de cada región se vuelve más claro, más se acerca a una situación de normalidad. Al contrario, a medida que el área se vuelve más roja, más alejada está de la situación pre pandemia y evidencia un nivel más bajo de consumo eléctrico. Como mencioné, los principales aglomerados industriales del país están viendo una recuperación producto de la flexibilización en la actividad y esto se ve traducido en el consumo eléctrico. 

Por último, y como contraste, el comercio exterior en nuestro país sigue en niveles bajos, más allá de continuar siendo superavitario. Durante junio nuestro país exportó un 8,6% menos que el mismo mes en 2019. Por otro lado, se importó un 20,8% menos para el mismo periodo de comparación. Esto como mencione, genera un delgado superávit comercial de 1.484 millones de dólares, el cual cierra un semestre con un resultado positivo de 8.097 millones de dólares, superior al resultado para el primer semestre de 2019 (5.635 millones de dólares). Más allá de este dato positivo, es necesario en el mediano plazo (post pandemia) mejorar estos resultados si aspiramos a lograr cierta viabilidad a la hora de pensar el pago de la deuda externa en los próximos años. En este caso operan dos restricciones, el común crecimiento de las importaciones a medida que la economía se recupera, y nuestro problema para incrementar las exportaciones a partir de cierto punto, con el consecuente ahogo de nuestro saldo comercial. Será cuestión entonces de tener sumo cuidado en esta materia, encontrando un balance entre recuperación en la actividad, generación de empleo y superávit comercial.

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