Periodista de Tierra del Fuego.

Los nuevos contagios en la provincia abrieron varios frentes de debates sobre cómo enfrentarse al virus, sea en la detección, el rastreo de contactos o el cumplimiento del aislamiento. Desde la política, fue el concejal riograndense Von Der Thusen, quién propuso que la provincia debería alquilar hoteles para alojar a los infectados que lleguen desde afuera.

A primera vista la medida parece lógica, pero analizando de forma más profunda, resulta fútil y representa una clásica superposición de recursos; propia del estado derrochador. En los albores de la cuarentena, me tocó ser testigo de una propuesta de los hoteleros: ofrecían utilizar sus instalaciones para la contención de los contagiados a fin de resguardar a la ciudadanía. Los hoteles eran más fáciles de modificar para que cumplan con los protocolos requeridos. Los ejecutivos prefierieron en dicho momento reacondicionar espacios más aislados de dominio público, como el caso de los Polideportivos.

Más de 100 días después del inicio de la cuarentena, con el turismo interno transitando un camino de reactivación, la propuesta de Von Der Thusen parece más una forma de capitalizar políticamente una situación que era esperable, que una propuesta con fundamentos serios.

Si tomamos de ejemplo a Ushuaia; la Municipalidad aprovechó la primer parte de la cuarentena para realizar la inversión de adaptar el Polideportivo Municipal. En el gimnasio “Italo Favale” se colocaron 8 boxes para atención del personal médico, se realizaron divisiones para evitar contactos y reacondicionaron los vestuarios. En su momento, el jefe de Gabinete, Pablo García, declaró “en la cancha misma se colocaron las sillas de espera a la distancia de 1,5 metros y se siguieron las normas de prevención para la permanencia en un lugar. Fueron reacondicionados los dos vestuarios, destinando uno para pacientes y otro para el personal médico y de salud que desempeñe tareas en el lugar.”

En esa misma línea, aprovechando el espacio más grande del polideportivo, se instalaron 70 conexiones de oxígeno; siempre con el objetivo de proveer la infraestructura necesaria en caso de un pico de la pandemia en la ciudad. Hoy, si la ciudad recibe infectados, cuenta con un espacio público para brindarles la atención necesaria. Si miramos a Río Grande o a Tolhuin, ambos municipios realizaron las mismas tareas de acondicionamiento en gimnasios. No obstante, los llegados a la isla se nuclean en Ushuaia, por lo que si recibiesen casos nuevos, sería en menor medida.

El concejal Von Der Thusen plantea que exista “la posibilidad de que el COE rente hoteles que cumplan con las normas sanitarias o que puedan adaptar en la ciudad de Río Grande, Ushuaia y Tolhuin para alojar a los repatriados allí 15 días para que cumplan con la cuarentena de forma estricta y se pueda verificar su efectivo cumplimiento”. La modalidad es una copia directa a la medida tomada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires al inicio de la pandemia. Se pusieron hoteles y albergues a disposición para que los posibles infectados que regresaban al país tuviesen un lugar secluso donde cumplir los 15 días mandatorios de aislamiento.

Ahora bien, ya con la cuarentena en curso, CABA realizó una transición de estos hoteles a los hospitales o, en caso de un pico como está sucediendo, a los centros de Tecnópolis y Costa Salguero. Los hoteles fueron una solución temporal, previo a las obras. ¿No sería un desperdicio alquilar hoteles ahora, cuando las obras de refacción ya fueron realizadas?.

Si seguimos analizando la propuesta, los hoteles que fuesen alquilados por el estado no podrían recibir turistas que sean casos confirmados o sospechosos, por riesgo a generar futuros contagios. ¿Cuál tendría que ser la compensación económica para los hoteles que queden impedidos de su actividad? ¿O quizá Von Der Thusen ya tiene algún “hotel amigo” listo para presentarse a esta hipotética licitación?.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here