Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

A partir del primero de julio las fronteras europeas volverán a abrir por primera vez desde el inicio de la pandemia. Desde la Unión Europea se estableció un listado de países seguros, entre los que figuran: Algeria, Australia, Canadá, Corea del Sur, Georgia, Japón, Montenegro, Marruecos, Nueva Zelanda, Ruanda, Serbia, Tailandia, Túnez y Uruguay. A no se le suman los provenientes de Reino Unido, dado que la transición de Brexit perdura hasta el 31 de diciembre.

Mientras Argentina y el resto de América Latina, sacando a Uruguay claro está, transita la cresta de la ola en lo que refiere a contagios por día; los países que sufrieron primero al COVID-19 comienzan un proceso de reapertura. La idea de generar “puentes aéreos” tiene por objetivo potenciar la temporada alta del turismo en Europa, que emplea a millones de personas.

No obstante, dentro de los países miembros de la Unión Europea, hay diferencias de criterios: no fue una decisión unánime. Países como Portugal y Grecia no fueron tan afectados por el virus y dependen fuertemente en el turismo, pero otros como España prefiere apuntar a alternativas más seguras, al menos por ahora.

Aunque no aparece en el listado, hay negociaciones para abrir la entrada desde China a Europa, siempre y cuando el gigante asiático habilite la llegada de europeos a su país. ¿Cuál es el criterio para afirmar que un país es seguro? Aquellos países que cada 100.000 habitantes tengan entre 16 (criterio estricto) y 20 infectados. Que los países generen información confiable, cuenten con un buen sistema de salud y puedan rastrear el origen del contagio.

Otra prioridad para la Unión Europea es habilitar el tránsito con los Balcanes, pero Croacia anunció el miércoles pasado aislamientos de 14 días para viajeros de Serbia, Kosovo y Macedonia del Norte; dado el crecimiento en infecciones en dichos países en los últimos días.

Hay un balance complejo entre la cuestión económica, de salud pública y hasta de política internacional. Estados Unidos no está en la lista aún, pero si China aparece primero, habrá presiones diplomáticas para que este se sume, no obstante de no cumplir quizá con el criterio. El control de frontera es potestad de cada nación, no de la Unión Europea, pero desde Bruselas intentan que la negociación sea en un frente común y el criterio no sea cambiado; a fin de evitar favoritismos o presiones.

Para que nos demos una idea Argentina ronda los 99 casos cada 100.000 infectados, casi 5 veces el máximo que permite la Unión Europea. Brasil, por ejemplo, ronda los 640 infectados cada 100.000 habitantes y Estados Unidos supera los 800 infectados por cada 100.000 infectados de Covid-19.

Del listado, la mayoría de los países son de áreas donde la pandemia no tuvo un impacto tan masivo como Europa y América (pensemos en Túnez, Marruecos y Ruanda en África). Otros de la lista, como Nueva Zelanda, Australia, Japón, Corea del Sur y Tailandia, fueron de los primeros infectados por su cercanía con China y la cantidad de turistas de dicho país que reciben, sobre todo cerca del Año Nuevo Lunar, fecha del inicio de la pandemia. El caso más curioso es el de Uruguay: es limítrofe a uno de los países con más infectados del mundo, en la región más que hoy es la más afectada y mantuvo sus casos confirmados por debajo de 1.000 en su totalidad y tuvo 27 fallecidos.

Restará ver como evoluciona el turismo y que tan efectivos son los controles en los países de origen y el destino para limitar la cantidad de infectados que transiten. Otro punto importante, como lo demostraron los gobiernos coreanos y alemanes; es el rastreo de los contactos: siempre puede filtrarse un caso asintomático, pero detectar la cadena de contagios y cortarla evita el crecimiento exponencial de contagios.

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