Profesional de enseñanza primaria. Docente en contextos de encierro. Representante docente JCyD. Directora jubilada.

La vida de Alberto Laiseca comienza un 11 de febrero de 1941 en la ciudad de Rosario. Su familia pronto se traslada a Córdoba pero Alberto regresa posteriormente a Santa Fe para iniciar sus estudios de ingeniería. Pronto los abandona y parte a trabajar en el campo. Allí comienza a publicar relatos en diferentes diarios (Mi mujer en el diario La Opinión).

Entre sus libros mas destacados aparece en 1976, con el título “Su turno para morir” (a causa de una decisión editorial), la cual cuarenta años después y gracias a la lucha de su autor fue impresa como “Su turno”.

Este libro describe con antelación el mecanismo de exterminio de la última dictadura en Argentina. Retrata con crudeza escenas que mezclan ciencia ficción, fascismo, actos mafiosos, política y sadismo.

“Los Soria” fue publicada en 1998 y en su reedición Ricardo Piglia apuntó que es “… la mejor novela que se ha escrito en la Argentina desde “Los siete locos”. Esta obra sería el mejor ejemplo de la “obra abierta”, de final indefinido, de relato infinito, de versión circular.

Quizás sea el libro mas extravagante de este autor, tardó diez años en escribirlo (1972- 1982) y nace en el espacio de su pensión.

Cuenta como Iseka despierta y se enfrenta a sus compañeros de fonda, Juan Carlos y Luis Soria (“Los Soria aniquilan al enemigo por saturación”), con ellos se hace difícil pensar pero peor escribir.

Los Soria caminan entre una guerra que recurre a la fuerza de las dictaduras en (Soria donde todos son Soria y Tecnocracia donde todos los apellidos son Iseka) Rusia, Chanchín, el califato de Córdoba y algunos mas.

“Matando enanos a garrotazos” fue publicada en 1982, fue su segundo libro. 

Inicia con una nota del autor el cual le sugiere al lector “…tomad un hierro (un garrote de fresno, un trinchante o cualquier cosa), y penetrad alegremente en las selvas de estos trece cuentos”, así es posible desembocar en historias frenéticas, violentas, terroríficas y de dudosa credibilidad.

“No es cosa de risa

cuando nos declara la guerra

toda una división de enanos de jardín”

Alberto Laiseca.

Cultivó un estilo propio llamado “realismo delirante”. Se definió como un “croto” pero que trabajaba, solo que el dinero no le alcanzaba para sus necesidades mas indispensables. 

Narró las historias con la crudeza de quien no solo mira, sino observa; “…actos de solidaridad…” decía “…y cada acto de los que están más arriba de pisarte la cabeza…”.

Falleció en diciembre de 2016, fue tallerista con una amplia trayectoria e iniciador de un estilo literario inédito y original, el cual fue capaz de contribuir a la formación de nuevas generaciones de escritores. Amó el terror no solo como género, sino como concepto.

Su infancia y las aventuras desplegadas en su querido pueblo de Camilo Aldao (provincia de Córdoba) y la tormentosa relación con su padre fueron los sucesos indispensables para su posterior inspiración.

ºQuizás fue guardado lejos de la vidriera literaria, en la trastienda de las librerías y bibliotecas, será buena la hora futura que marcará  ir a su encuentro.

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