Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

Pocos quizá recuerden el nombre Marielle Franco; era relativamente nueva en el ámbito político brasileño (tenía sólo 38 años) y llevaba ejerciendo el cargo de concejal por poco más de un año. Electa por el partido Socialismo y Libertad la socióloga y militante por los derechos humanos fue herida de bala un 14 de marzo provocando su muerte; 4 días antes había denunciado al 41º Batallón de Policía Militar por abusos de autoridad contra los habitantes de una favela.

Marielle abogaba por los derechos de aquellos más desfavorecidos por el sistema: los vulnerados de los barrios más humildes. Autodefinida como “mujer feminista, negra e hija de la favela” proponía un cambio en el paradigma brasileño: donde las fuerzas militares operan con total impunidad.  Dejó atrás a su pareja de 12 años Mónica Tereza Benicio y una hija que por entonces tenía 19 años.

En el día de ayer, a casi un año de su asesinato, la justicia determinó que la activista y concejal Marielle Franco fue asesinada. Dicho homicidio, contó con una planificación de al menos tres meses. Los detenidos: Ronnie Lessa y Élcio Vieira de Queiroz (uno un policía militar retirado y el otro expulsado de la institución) fueron detenidos bajo la sospecha de ser autores materiales del crimen. Según la investigación Lessa disparó y mató a la concejal y a su conductor Anderson Pedro Mathias Gomes. Queiroz habría sido el chofer en el atentado.

Una vida de militancia

Marielle tenía 38 años y había estudiado sociología. Se volvió popular en los círculos políticos de Brasil como activista de los derechos humanos, en principal de la comunidad LGTBIQ y los habitantes de las favelas, dos de los grupos más atacados en el país. Con su muerte se iniciaron una serie de protestas a lo largo del territorio, visibilizando su reclamo: el abuso de la policía en Río de Janeiro, ciudad en la que había nacida.

Su legado fue que luego de 4 meses de su asesinato la Cámara Municipal de su ciudad aprobó 5 proyectos que ella había presentado:

  • Programa nocturno de acogida infantil
  • Día de la Mujer Negra
  • Campaña para la sensibilización sobre el acoso y la violencia sexual
  • Un dossier de legislaciones llamado Mujer Carioca que cubre desde salud, asistencia social hasta derechos humanos.
  • Cumplimiento de medidas judiciales para adolescentes en régimen abierto de libertad asistida o en servicio comunitario.

Al ver sus proyectos vemos un fuerte enfoque en lo social y la contención de aquellos con menos recursos o simplemente desprotegidos por el estado.

Bolsonaro, la otra cara de la moneda

El actual presidente fue alguna vez concejal de la misma ciudad, per con una postura radicalmente opuesta a la de Marielle Franco. El mismo ha hecho declaraciones aún sobre el avance en la investigación sobre el asesinato: “Espero que realmente la investigación haya llegado de hecho a eso, si es que fueron los ejecturoes, y lo más importante, quién los mandó a matar”.Al parecer deberá dirigirse a los medios de nuevo: apareció una fotografía que lo vincula con uno de los sospechosos. Bolsonaro sale con Queiroz (el supuesto chofer) y anteriormente se lo ha vinculado con las milicias parapoliciales que azotan Río de Janeiro. El presidente brasileño cuenta con un pasado en las fuerzas armadas y una postura bastante militarizada contra el crimen.

Queiroz y Bolsonaro

El atentado de Franco reveló algo que era un secreto a voces: la policía militar tiene carta libre en las favelas. La pregunta ahora es ¿Qué tan arriba en la cadena se pergeñó su muerte? 

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