Licenciado en Estudios Orientales. Posgrado en Negocios y Comercio de Asia Pacífico e India. Política Internacional; extremismo religioso.

 

Mientras el mundo esperaba por Florence y el impacto que la tormenta tendría en los Estados Unidos salieron, de forma muy discreta, algunas acciones de los gobiernos chino y ruso a lo largo de la semana. La vinculación Xi Xinping- Vladimir Putin impone fuerza y marca la cancha para cualquier país del lado oriental.

El proteccionismo americano con Trump lleva a las potencias orientales, las cuales tienen como un socio importante a USA, a buscar oportunidades para fortalecer el flujo comercial entre otras cosas. Esta semana en el Foro Económico Oriental que se organiza en Vladivostok (Rusia) Putin no sólo mantuvo reuniones con su par chino sino también con Abe, el primer ministro japonés.

Xi Xinping aceptó en dicha reunión el uso de monedas locales para transacciones comerciales (lo que nosotros conocemos como swap y solemos hacer con los chinos). ¿Qué permite? No depender del dólar para el libre comercio. En este caso más que una necesidad es un signo político: No necesitan de EEUU y pueden continuar el plan que parecían compartir con la administración Obama, un mundo más liberal donde las potencias colaboran con potencias pero no interceden en sus affairs. 

¿Por qué ahora?

Con la apreciación del dólar, las monedas de los mercados emergentes se vieron devaluadas: en el caso ruso no pasó los dos dígitos y el chino el 4%, pero igualmente un swap evita este tipo de corridas. No es el caso argentino, venezolano o turco; no obstante tiene un impacto en la economía.

Los ejercicios militares

A su vez en el correr de la semana se anunció el ejercicio militar entre ambos países más grande de su historia involucrando fuerzas aéreas y terrestres. Rememorando la lucha de la Segunda Guerra Mundial como un antecedente histórico de la cooperación en defensa explicó Putin que no tiene un carácter belicista sino más bien de preparación. Los ejercicios entre aliados son comunes (Estados Unidos realiza decenas anualmente) pero la noticia replicó al ser dos de los países que la cultura pop denomina “malos”. ¿Es una forma de mostrar poder ante Occidente? Si, pero a mi criterio aplica más a los países de la propia región: “Si hubiese un problema la intervención sería regional, no foránea”.

Planeado para el futuro

Con ambos líderes en el zenit del poder de sus respectivos países las relaciones de China y Rusia  han alcanzado una estabilidad sin precedentes. Putin tiene control político hace 18 años (con un impasse) entre 2008-12 donde no mantuvo el máximo cargo pero claramente guío a la dirigencia a cargo. Xi Xinping comenzó a liderar el país en 2013, pero hoy tiene control político total del comité del Partido que selecciona a su sucesor. Ambos líderes se proyectan a estar en el cargo por una buena cantidad de tiempo salvo algún imprevisto grave. La proyección de sus relaciones con USA cambió drásticamente con la nueva administración lo que los lleva a caer en lo seguro: un aliado con el que se puede planificar hacia adelante.

¿Respuesta de Trump?

Aunque no hubo un comentario directo (principalmente porque el foco está establecido con el desastre natural que ocasionará en el sudeste americano Florence) la OTAN no puso la mejor cara: ejercicios de esta magnitud son analizados para pensar contramedidas. Putin mantiene una postura de pacifismo y cooperación estratégica con sus aliados (la zanahoria) pero deja entrever el palo con el vasto equipamiento militar que posee; tener a su lado a China, otra potencia en este aspecto, refuerza la idea de una Asia donde los asiáticos controlan las crisis de seguridad.

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