Licenciado en Economía UBA.

 

Las economías regionales siguen inmersas en una profunda crisis. Ya sea por problemas de competitividad, o por factores externos, la gran mayoría no repuntan. No es noticia nueva, en los últimos 15 años, sin importar el gobierno de turno, las producciones regionales atraviesan crisis tras crisis sin levantar cabeza.

Las dificultades varían dependiendo de la producción de la que se hable, pero se puede generalizar que la elevada presión tributaria, las carencias de infraestructura que elevan los costos logísticos, el aumento del gasoil, los problemas burocráticos y normativos para el acceso a los mercados y las elevadas tasas de financiamiento, afectan a todas las producciones. 

Solo cinco sectores han acompañado al cambio y han crecido. Estos son la producción de cereales, impulsada por el trigo con más de 13 millones de toneladas exportadas (204% más que en 2015), la ganadera, especialmente la bovina y la porcina en menor medida, el maní y las papas. Cabe resaltar, que en el ultimo año hubo muy buenas campañas en el sector apícola, olivícola, naranjas y limones, pero es necesario observar este año si es un cambio de tendencia real o si fue temporal. 

Por sector

Se puede hablar casi de una problemática histórica, en el caso de las peras y manzanas. Hace mas de 10 años que están en “crisis”, reduciéndose en el Alto Valle en un 40% el área en los últimos tres años, y con el 35% de las plantaciones existentes abandonado, y con exportaciones de manzanas frescas cayendo más del 60% en los últimos 10 años. En este contexto, el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, ha llegado a señalar que es hora de reconvertirse.  En paralelo se cuenta una creciente importación de fruta fresca desde Chile.

Este fenómeno, que se repite en más de una economía regional, tiene que ver con una estructura de mercado en la que confluyen un número muy alto de productores de poca escala, un número menor de empacadoras, conservadoras e industrias de transformación, y por último un número mucho más reducido de comercializadoras y exportadoras. En esta dinámica, la posibilidad de fijación de precio recae sobre el último eslabón de la cadena, derivando en la compresión de los márgenes de rentabilidad para los agricultores de frutas de pepitas

En Río Negro, Neuquén y Mendoza, las exportaciones de frutas tuvieron un gran retroceso en estos últimos años. A la problemática de la fruta de pepita se le suman, la de carozo y las uvas.  En el caso de pepita, pasó de exportarse 439 mil toneladas en 2015 a 357 mil en 2017. Esto implica una caída del 19% en dos años. En el caso de las manzanas, las exportaciones pasaron de 105 mil a 72 mil toneladas en dos años. Es decir, una baja de más del 30%. En el caso de uvas, en 2015 se exportaron 43 mil toneladas, mientras que en 2017 no se alcanzaron las 32 mil toneladas, una caída del 26%.  Las exportaciones de frutas de carozo cayeron un 32%, desde 8,2 mil toneladas en 2015 a 5,6 mil toneladas en 2017.

Fuente: Elaboración propia en base a datos INDEC

El sector lácteo posee un panorama complejo, donde la utilización de la capacidad de la industria resentida por la contracción de la demanda interna, por la menor entrega de leche cruda por parte de los tambos, por las inundaciones en las cuencas lecheras y la intensa caída en las exportaciones al resto del mundo, no logra recuperarse. Las ventas al mercado local de leche fluida se redujeron 8,7% en 2017, pasando desde 1.287 millones de litros en 2016 a 1.175 millones. Las exportaciones de leche cayeron desde 165 mil toneladas en 2015 a 92 mil en 2017, una caída del 44%, y las de productos derivados (quesos y manteca) lo hicieron en un 14%.  

En el caso del tabaco, el sector sostiene que la actividad no muestra signos de cambios promisorio, con caída de productores año a año, a pesar de la existencia del millonario fondo del tabaco (FET), el cual cada año brinda un apoyo extra a los productores tabacaleros, pagando un sobreprecio por el producto. Sin embargo, las exportaciones han aumentado en un 89% en los últimos dos años alcanzando las 85 mil toneladas. 

Finalmente, en el caso de las bebidas, vino e infusiones, el panorama no luce alentador. Las exportaciones de vinos cayeron entre 2017 y 2015, 17%, alrededor de U$S 800 millones, pero un 10% debajo del 2013, cuando se exportaron U$S 887 millones. En el caso de infusiones, las exportaciones de yerba maté, fueron de 31 mil toneladas en 2017, 13% menos que en el 2015. Por otra parte, las exportaciones de té fueron un similares a las de años anteriores, alrededor de 75 mil toneladas. 

Políticas de gobierno

El gobierno implementó ciertas medidas macroeconómicas generales que favorecieron a los sectores. Sin embargo, a los productores aún les cuesta acceder al mercado internacional, la inflación no baja, las tasas de interés se mantienen altas, y al dólar lo mantienen planchado.   En las distintas industrias en general para el mediano plazo no esperan grandes cambios. 

Existen ciertas medidas para pasar las crisis, como las políticas de créditos para capital de trabajo o la Ley de Emergencia para la cadena de Peras y Manzanas implementada por el Ministerio de Agroindustria, donde se informó que habrá beneficios especiales para la cadena de producción de peras y manzanas de Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan y La Pampa. 

Desde el gobierno se habla de impulsar el desarrollo de la infraestructura hídrica, vial y energética, y se fomenta una reducción de la presión impositiva y de la adecuación de los costos laborales en la producción primaria. Sin embargo, las respuestas a los principales problemas de competitividad, como los costos logísticos, altos impuestos y trabas burocráticas, demorarán en llegar a los productores.

 

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