Licenciado en Economía UBA.

Luego de dos años de gobierno, la Argentina enfrenta un duro panorama en materia económica para el año 2018. Si bien se prevé un crecimiento para los próximos tres años en torno al 3% anual, en 2017 fue 2,8%, con un balance fiscal de menor déficit, no ocurrió lo mismo con las balanzas financiera y la comercial, con expectativas ambas de seguir deteriorándose durante el corriente año.

Tampoco resultan alentadores los datos sobre inflación donde se esperaban valores por debajo del 20% anual, un tipo de cambio que ya superó los valores presupuestados para 2018, y un panorama internacional con fuertes subas de tasa de interés por parte de EEUU proyectadas.

Resultado Financiero

A pesar de festejar un déficit primario menor al previsto durante el 2017, 3,9% del PIB, por debajo del objetivo de 4,2%, cuando se observan las estadísticas con mayor detalle se obtiene un numero no tan prometedor. El déficit fiscal creció un 18%, menor al ritmo inflacionario, alcanzando 404 mil millones de pesos. Se destaca el aumento de los ingresos superiores a los gastos, por primera vez en 15 años.

El gobierno adoptó una política de financiamiento del déficit fiscal basada en endeudamiento, eligiendo facilitar la gobernabilidad mediante un ajuste gradual de las cuentas estatales. Debido a esto, el pago de los intereses de la deuda sumó casi 225 mil millones de pesos, un 71,3% mas que en el 2016 y 36,4% en términos reales. Este monto representó el 36% del Resultado Financiero del 2017, y un 2,2% del PIB.

De esta manera, se obtiene un déficit financiero de 6,1% del PIB, superior al 5,9% del año 2016. El monto total del Resultado Financiero fue de -629.050 millones de pesos, 38% mayor al de 2016.

Balanza Comercial

El panorama de la balanza comercial resulta aún más complejo. El déficit comercial

de bienes del 2017 fue el mas alto de la historia argentina, USD 8.427 millones, superando ampliamente al de 1994. Si a este le sumamos el monto de servicios, que se estima para el año 2017 en torno a los USD 10 mil millones, obtenemos un déficit comercial que superaría los USD 18 mil millones anuales, equivalentes al 3% del PIB del año 2017.

Desde el año 2009, el saldo comercial de bienes se ha deteriorado año a año. En los últimos 3 años, las exportaciones detuvieron su caída, pero las importaciones han crecido aún más. En el Gobierno prevén que en este 2018 las exportaciones crecerán un 8%, mientras que estiman que las importaciones aumentarán alrededor del 20%. De ocurrir este escenario, el déficit comercial de bienes alcanzaría el irrisorio número de USD 17 mil millones. Este déficit habría que financiarlo con aún mayor endeudamiento. No hay estimaciones para la balanza de servicios.

Tipo de cambio e inflación

Un tipo de cambio mas elevado facilitará las exportaciones y dificultará las importaciones, liberando presión sobre la balanza comercial y en la demanda de divisas por viajes al exterior. Sin embargo, un incremento repentino del tipo de cambio puede fomentar las expectativas inflacionarias de la población para el 2018. En diciembre pasado, el Banco Central proyectaba un fin de año con un dólar a $20,4. Sin embargo, con el incremento ocurrido en enero, esas expectativas variaron proyectándose un dólar a $21,9.

Con el precio de los combustibles atado al valor internacional del petróleo y tarifas del servicio eléctrico buscando equipararse a los precios internacionales en dólares, los incrementos del valor del dólar por encima de los proyectados presionan a la suba de costos de la producción argentina y de las expectativas inflacionarias de la población.

 

Durante el 2017, la inflación interanual llego a 24,9%, superando el 17% proyectado por el Banco Central, y presionando las expectativas del Gobierno para 2018 en torno al 19,4%, aunque algunos analistas privados la sitúan alrededor del 23%. Asimismo, el Gobierno continua con la política de sinceramiento de los servicios públicos, ratificando el programa de eliminación de subsidios económicos, en abril de 2018 se ajustarán las tarifas de gas, las cuales actualmente están consideradas con un dólar a $18,33. También, está estipulado un cuadro de incrementos tarifarios progresivos en el transporte en Ciudad y Gran Buenos Aires hasta abril. Las proyecciones de los analistas indican una tasa de inflación mensual para febrero de 2,1%, mientras que entre marzo y julio oscilaría entre 1,3% y 1,8%. Se considera que en 2019 desaparecerán las subvenciones para el gas y la electricidad, aunque continuará en vigencia la tarifa social, en tanto que para 2021 se prevé el final de los subsidios al transporte.

Perspectivas complejas

Frente a este panorama de necesidad de financiamiento para cubrir el déficit fiscal, un fuerte incremento proyectado en el déficit de balanza comercial, imposibilitando la obtención de divisas necesarias para cubrir los gastos de importación, y expectativas inflacionarias que reducirán la competitividad de los productos locales en el mercado internacional, el Gobierno buscará continuar con un fuerte endeudamiento en los mercados internacionales durante 2018 y 2019.

Esta necesidad se encontrará con un panorama internacional muy diferente a anteriores años, con la tasa de interés estadounidense al alza, presión por parte del Gobierno de EEUU para repatriar capitales y una baja credibilidad en los mercados emergentes por parte de los inversores internacionales. El Banco Central argentino deberá ofrecer tasas de interés lo suficientemente atractivas como para sortear estas dificultades, incrementando aún más la cuenta de intereses a pagar en un futuro, y enfrentando un difícil panorama para 2018.

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